Fayetteville Free Library, el primer espacio de creación permanente en una biblioteca pública de todo el mundo

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Fayetteville Free Library fue una de las primeras iniciativas de espacios de fabricantes en bibliotecas de Estados Unidos y del mundo entero. El proyecto no surgió de la noche a la mañana, sino que se apoyó en un programa de  innovación, y fue mejorado por un grupo de apasionados partidarios del trabajo con la comunidad, ejecutado por el personal, lo que permitió que FFL se comprometiera con la comunidad de una forma nueva.

 

The Fayetteville Free Library (FFLFabulous Laboratory

https://www.fflib.org/

 

Fayetteville Free Library (FFL), es una biblioteca miembro del Sistema de Bibliotecas Públicas de Onondaga, ubicada en un suburbio de Syracuse, Nueva York. FFL compró la antigua fábrica de muebles Stickley en 2001, un edificio histórico con profundas raíces en la comunidad. La biblioteca fue fundada en 1906. Calificada como una biblioteca de cinco estrellas por Library Journal durante cuatro años consecutivos, FFL trabajó arduamente para satisfacer las necesidades cambiantes y crecientes de su comunidad. El espacio Fabulous Laboratory (FL) fue el primer espacio de creación permanente en una biblioteca pública.

Fabulous Laboratory (FL) nació a partir de una propuesta para un concurso sobre innovación en bibliotecas, al que se presentaron unu amplio grupo de ideas, lugares y personas, lo cual impulso a la la biblioteca crear este proyecto. La propuesta, titulada “3D Printing: A Catalyst for Community Collaboration,” (Un catalizador para la colaboración comunitaria) incluía una introducción a la impresión en 3D, que fue el factor diferenciador con los hackerspaces, las tiendas de tecnología y los laboratorios de fabricación. También incluía objetivos y resultados, un análisis S.W.O.O.T., un presupuesto, posibles fuentes de financiación y descripciones de las partes responsables. Se identificaron y reclutaron a los principales socios colaborativos de la comunidad. La idea se presentó a la directora ejecutiva, Sue Considine que decidió buscar financiación para llevar a cabo el proyecto en el año 2011.

El Fab Lab de FFL comenzó con una impresora 3D MakerBot Thing-O-Matic donada por Express Computer Services en Manlius, N.Y. La impresora MakerBot es una herramienta para innovar, el costo de usarla es bajo, y se pueden descargar diseños digitales de Thingiverse de forma gratuita que además se pueden modificar o personalizar. Con la impresora 3D en la biblioteca se facilitó el acceso a muchas personas a las bondades de la creación y la innovación. Desde entonce el espacio de creación ha crecido y se ha diversificado incorporando todas las posibilidades de la cultura de los fabricantes. La tecnología es ciertamente importante, sin embargo, no es el foco de atención de un espacio de fabricantes. El objetivo es facilitar a los usuarios las herramientas que necesitan para crear, para fomentar una cultura de lectura/escritura en la comunidad, ya que la cultura de lecto/escritura anima a la gente a añadir, cambiar, influenciar e interactuar con su cultura. La gente consume información y luego la utiliza para producir o crear algo nuevo. Por ejemplo, a través de un programa sobre autopublicación, los aficionados a la escritura tienen la oportunidad de crear sus propios libro, que luego pueden ser catalogados y distribuidos por la biblioteca. No se trata sólo de proporcionar acceso a máquinas como impresoras 3D y cortadoras láser, aunque esta tecnología sea importante en un espacio de fabricantes. Los espacios de creación en las bibliotecas proporcionan a las personas la oportunidad de hacer cualquier cosa, ya que el componente esencial de cualquier espacio de fabricación es sin lugar a dudas la comunidad y los makerspaces son una extensión natural de los servicios de biblioteca.

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Esta entrada se publicó en Alfabetización informacionalNoticias y está etiquetada con Alfabetización informacionalMakerspaces en abril 1, 2019.

FUENTE: JULIO ALONSO ARÉVALO.

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