Cómo los enfoques para enseñar la alfabetización digital hacen que los estudiantes sean susceptibles a los estafadores, pícaros, malos actores y traficantes del odio

Sam Wineburg, Joel Breakstone, Nadav Ziv, and Mark Smith, “Educating for Misunderstanding: How Approaches to Teaching Digital Literacy Make Students Susceptible to Scammers, Rogues, Bad Actors, and Hate Mongers” (Working Paper A-21322, Stanford History Education Group, Stanford University, Stanford, CA, 2020).

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Las granjas de trolls rusas siembran desinformación. Las noticias falsas se vuelven locas en las redes sociales. Los bots se hacen pasar por personas reales. Las personas reales asumen identidades falsas. ¿Cómo sabemos lo que es verdad? Lo único seguro en nuestra era digital es nuestra incertidumbre. Esta confusión afecta nuestra capacidad para tomar decisiones sabias y basadas en hechos que dan forma al futuro. ¿Cuál ha sido la respuesta educativa a esta situación? Los enfoques más comunes — “alfabetización mediática”, “alfabetización en noticias”, “alfabetización digital” e incluso ese “pensamiento crítico”, comparten el compromiso de enseñar a las personas cómo distinguir la verdad de la ficción, reconocer los engaños y practicar precaución antes de transmitir contenido dudoso a familiares y amigos ¿Son estos enfoques efectivos para ayudar a los estudiantes universitarios de hoy en día a tomar decisiones meditadas sobre qué creer?

Para abordar esta pregunta, se encuestaron a 263 estudiantes universitarios de segundo, tercer y cuarto año de una gran universidad estatal de la costa este. En una tarea, los estudiantes evaluaron la confiabilidad de una “noticia” que provenía de un sitio web satírico. En una segunda tarea, los estudiantes evaluaron el sitio web de un grupo que afirmaba patrocinar una “investigación no partidista”. De hecho, el sitio fue creado por una firma de relaciones públicas de Washington, DC dirigida por un miembro de un lobby corporativo. Para ambas tareas, los estudiantes tenían una conexión a Internet en vivo y se les indicó que “usaran cualquier recurso en línea” para hacer sus evaluaciones.

Los resultados

Los estudiantes lucharon, pero emplearon estrategias ineficientes que los hicieron vulnerables a fuerzas, satíricas o malévolas, que amenazan la ciudadanía informada.

• Más de dos tercios no identificaron la “noticia” como satírica.
• El noventa y cinco por ciento nunca ubicó a la firma de relaciones públicas detrás del sitio web supuestamente “no partidista”.

A menudo, los estudiantes:
• Se enfocan exclusivamente en el sitio web o en el mensaje, rara vez consultan la web en general.
• Confían en cómo se presenta un sitio en su página Acerca de.
• Aplican estrategias desactualizadas y, en algunos casos, incorrectas (como aceptar o rechazar un sitio porque de su dominio de nivel superior)
• Se atribuyó un peso indebido a señales de credibilidad fácilmente manipulables, como el anuncio sin fines de lucro de una organización, y sus vínculos a fuentes autorizadas

Los estudiantes aprendieron lo que les enseñamos De manera alarmante, el enfoque de los estudiantes fue consistente con las pautas que se pueden encontrar en muchos sitios web de colegios y universidades. A veces, estos materiales son simplemente incorrectos. A veces están incompletos. A veces son tan inconsistentes que ofrecen una guía escasa para navegar por el terreno traicionero de Internet de hoy. Las instituciones educativas deben hacer un mejor trabajo para ayudar a los estudiantes a convertirse en consumidores exigentes de información digital. Nuestra sociedad y sus instituciones democráticas dependen de ello.

Esta entrada se publicó en Alfabetización informacionalInformes y está etiquetada con DesinformaciónEstudiantesInformesNoticias falsas en noviembre 8, 2020

FUENTE: JULIO ALONSO ARÉVALO

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